El otro día publicábamos un DIY de los más ñoñete para el día de los enamorados (unas letras hechas de flores que todavía estáis a tiempo de montar, por si os apetece). Sin embargo, hoy toca un post de San Valentín un tanto diferente, ya que si aquel post lo titulábamos como ñoño, hoy viene el San Valentín para no-ñoños...

No sé vosotros, pero lo cierto es que yo he pasado por diferentes posturas a lo largo de los años con esta fecha... Cuando eres muy joven, pues como que lo vives con mucha ilusión; con la primera pareja, pues cómo no hacer un detalle; cuando estás en plan "es un día comercial" pues te pones a tope con el DIY (manualidades de toda la vida en aquel momento) y te curras un regalo de esos que no se olvidan; cuando llega el niño, el San Valentín como que se pasa entre papillas... Y cuando ya creces todavía un poco más, pues como que prefieres los detalles diarios, u otro tipo de celebraciones y otras cosas, que en realidad (por lo menos para mí) son las que importan.

Así que, cuando Isla Harper (la autora de las preciosas láminas protagonistas del post y que yo he utilizado a modo de tatoos en las imágenes) me envió su propuesta (así con este punto desenfadado y ácido) para el día de los enamorados, pues me pareció perfecta. Un San Valentín un poco pasota, de esos de querernos a nosotras mismas (que con los años se nos va olvidando) y darnos unos cuantos capríchos.

Descubrí a Isla Harper navegando por Instagram, y me encantaron sus post y también su blog. Entradas llenas de humor y un poco de ironía. Me gusta la chica que describe y sus ilustraciones me sacan sonrisas. Así que, le escribí (como os contaba) para ver si podíamos hacer un post juntas (ya se sabe que lo mío no es lo de estarme quieta!) y aquí tenéis el resultado. Al final del post, podéis descargaros las láminas, y por supuesto, no os olvidéis de visitar su blog. Veréis que os saca más de una sonrisa...

Buen día... Enamorados... O no.

Ahí van unas cuantas ideas-de lo más tópicas pero efectivas-

para querernos hoy un poco más :)

Coralia.

Fotografía por PetiteCandela